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viernes, 22 de agosto de 2014

CUENTO JAPONES


Un campesino japonés, pobre pero sabio, trabajaba la tierra duramente con su hijo. 
Un día el hijo le dijo: - "Padre, ¡qué desgracia! Se nos ha ido el caballo."
- "¿Por qué le llamas desgracia?" - respondió el padre, "veremos lo que trae el tiempo..."
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.
- "¡Padre, qué suerte!" - exclamó esta vez el muchacho, "nuestro caballo ha traído otro caballo."
- "¿Por qué le llamas suerte?" - repuso el padre, "veamos qué nos trae el tiempo."


En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se rompió una pierna.
- "Padre, qué desgracia!" - exclamó ahora el muchacho -, "¡Me he roto la pierna!"
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: -"¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!"
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del Shogun, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que culpar ni de la desgracia ni de la fortuna a los hechos, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para descifrar las sabias razones que nos presenta la naturaleza.