Asakusa es uno de los barrios con más historia del centro de Tokio. Los grandes carteles luminosos dejan paso a los templos y el maquillaje es sustituido por atuendos más tradicionales.
Tras pasear un poco por los tenderetes tradicionales, llegamos al templo de Sensoji. Aunque después de visitar Kyoto pierda fuerza, lo cierto es que Sensoji es el templo más antiguo e importante de Tokio y constituye un motivo suficiente para visitar Asakusa.
Para llegar al templo hay que recorrer la concurrida calle comercial Nakamise Dori y atravesar la puerta de Kaminarimon. Lo más llamativo de esta puerta es la enorme linterna de 4 metros de altura que cuelga de ella.
El templo está formado por la sala principal, reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial, y por una pagoda de 55 metros de altura.